Ha terminado el verano,
no sin antes marchitar con sus manos polvorientas a los girasoles,
no sin antes resecar los cardos que crecen junto a los rieles.
A la ciudad debía acompañarme el viento del sur.
El viento que se queda rondando por los campos y es el sereno
que los villorrios escuchan sin esperanza todo el invierno
como ancianos que en caserones ruinosos
pegan sus oídos a relojes sin agujas.
El viento que barre con cardos y girasoles.
El viento que siempre tiene la razón y todo lo torna vacío.
El viento.
Jorge Teillier
Poeta Chileno
1935-1996
2 comentarios:
me encanta la fotografía b/n. Sobre todo la analógica, salen matices increíbles.
Muy poéticas. ^^
el viento siempre cambia, el cambio es importante porque nada se mantiene de la misma forma para siempre...
quisiera hablar con el viento.
Publicar un comentario